PLUMA INVITADA

Paz en CA: ¡El espíritu de Esquipulas vive!

Vinicio Cerezo

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En mayo de 1986 y agosto de 1987 los presidentes de Centroamérica firmamos los históricos Acuerdos de Esquipulas I y II para buscar la paz firme y duradera en la región. Más que una anotación histórica estos Acuerdos son un referente y plataforma de principios para el mantenimiento de la paz, la justicia, la solidaridad y la democracia.

Con ello le demostramos al mundo que teníamos la capacidad de ser actores y sujetos de nuestro propio destino. Forjamos un legado de transformación, siendo nosotros artífices del relanzamiento del proceso de integración centrado en el ser humano como meta y aspiración de todas las acciones, una integración capaz de impactar la calidad de vida de nuestros pueblos. Esquipulas fue y seguirá siendo el punto de inflexión para evidenciar que la paz, la democracia y la integración centroamericana son las bases para avanzar en el desarrollo incluyente y sostenible.

Hoy, en 2018, un alto porcentaje de nuestra población actual aún no habían nacido cuando los Acuerdos tuvieron lugar, por eso es importante su valoración histórica y apropiación. Los jóvenes deben tomar lo bueno de las generaciones que les hemos antecedido y asumir el compromiso de construir realidades mucho más prometedoras encaminadas a la construcción de la paz y el desarrollo.

Hoy la región enfrenta grandes desafíos que nos compromete a seguir luchando estos ideales. Desde que inició la crisis en Nicaragua nos hemos pronunciado a favor del diálogo y de buscar una solución pacífica entre todos los actores bajo el respeto irrestricto de los derechos humanos.

Los gobiernos que conforman el Sica también han manifestado su preocupación y el 30 de junio durante la Reunión de Presidentes se emitió “La Declaración Especial por Nicaragua”, en la que se hizo un llamado para detener todas las manifestaciones de violencia, el respeto a los derechos humanos y se me encomendó contribuir con la solución de la crisis en Nicaragua. La voluntad de todos los países miembros por encontrar soluciones quedó plasmada. Desde el Sica estamos dispuestos a acompañar este proceso para que la integración sea ese instrumento de paz y desarrollo, como lo hicimos en Esquipulas I y II.

Si hace 30 años en medio de la guerra fría y sangrientos conflictos armados internos pudimos dialogar para buscar juntos soluciones a nuestros problemas, hoy más que nunca debemos apostarle a la concertación, a la integración y a la suma de nuestros esfuerzos para poner fin a este conflicto. El diálogo siempre será el camino para resolver nuestras diferencias y por ello la integración regional es más necesaria que antes por razones históricas y por razones de futuro.

Siempre hemos anhelado la paz en Centroamérica, generaciones completas hemos dedicado parte de nuestras vidas a la construcción de la misma. No ha sido un camino fácil, pero ha sido la gran apuesta de muchas mujeres y hombres que soñaban y seguimos soñando con una región próspera y de paz. Nunca más la guerra, nunca más la violencia como medio para dirimir nuestras diferencias.

No hay otro camino, la paz es el camino para alcanzar y construir una región de oportunidades. ¡El espíritu de Esquipulas vive y tiene más vigencia que nunca!

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