VENTANA

De la calma surge el poder y la fuerza

|

A los ciudadanos conscientes nos duele Guatemala. Nos  duelen sus instituciones débiles, obsoletas  y permeadas  por la  corrupción.  Nos duelen sus altos índices de pobreza y violencia que obligan a cientos de familias a migrar.   Solo en este año 2018 se han reportado más de mil muertes de mujeres. Vivimos   tiempos agitados. La incertidumbre nos   provoca temor  y nos paraliza.  Estos sentimientos negativos  alteran el  ánimo. Minan el  espíritu de lucha y es que  tenemos que seguir adelante,  no podemos desmayar,  porque ¡Guatemala vale la pena! Hoy reflexiono en voz alta sobre la  habilidad de encontrar la calma en medio de las tormentas. Asumir una actitud serena en circunstancias difíciles es un arte que se aprende para rehacernos cada día. Es una actitud fundamental que  ayudará  en el trabajo como  en el hogar.

El Dalai Lama recuerda que muchos de los problemas que enfrentamos hoy son fruto de nuestra creación. Dice: “Para crear un mundo en paz se requiere de mentes y corazones pacíficos”. Si queremos disminuir la violencia en Guatemala empecemos por nosotros mismos. Seamos ejemplo de honestidad, comprensión, respeto, amor, tolerancia y generosidad. Este es el contexto para la convivencia pacífica. Si lo conseguimos con nuestros seres queridos y compañeros de trabajo lo lograremos con quienes no conocemos. Una amiga me dijo que ella había logrado bajar los niveles de ansiedad y generar un clima de tranquilidad en su casa meditando el Decálogo de la Serenidad de Juan XXIII, conocido como el Papa Bueno (1881-1963). Todos necesitamos ayuda e inspiración para aprender a estar en calma. Es por eso que la escritora C. Joybell indica que, “de la tranquilidad surge el poder y la fuerza”. Si ponemos en práctica estos diez consejos, nuestra vida será diferente. La energía se moverá como las ondas del agua y permeará los ambientes donde nos encontremos.

“1. Solo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez. 2. Solo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto, seré cortés con mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie, sino a mi mismo. 3. Solo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no solo en el otro mundo, sino en este también. 4. Solo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten a todos mis deseos (esta es una máxima que repito varias veces al día). 5. Solo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura, recordando que, como el alimento, es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma. 6. Solo por hoy haré una buena acción y no se lo diré a nadie. 7. Solo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer, y si me sintiera ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie se entere. 8. Solo por hoy me haré un programa detallado. Quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión. 9. Solo por hoy creeré firmemente (aunque las circunstancias demuestren lo contrario) que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie existiera en el mundo. 10. Solo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad”.

“Es increíble que estos consejos para encontrar la calma, que fueron escritos hace más de cien años, sean hoy en día tan necesarios para hacer una nueva Guatemala en cada uno de nosotros”, cantó el Clarinero.

clarinerormr@hotmail.com

ESCRITO POR: