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Fraile franciscano sigue las huellas del Santo Hermano Pedro

Hace 14 años, en Antigua Guatemala, fray Guillermo Bonilla fundó la organización social que lleva el nombre del Santo Hermano Pedro y que trabaja en beneficio de los más necesitados.

Fray Guillermo Bonilla abraza a uno de los pacientes del Hogar Virgen del Socorro, en San Juan del Obispo, Antigua Guatemala. (Foto Prensa Libre: Julio Sicán)

Fray Guillermo Bonilla abraza a uno de los pacientes del Hogar Virgen del Socorro, en San Juan del Obispo, Antigua Guatemala. (Foto Prensa Libre: Julio Sicán)

Sentado en uno de los corredores de la enfermería para los frailes franciscanos enfermos y ancianos del Hogar Virgen del Socorro, en San Juan del Obispo, fray Guillermo Bonilla recuerda el inicio de un proyecto de cuidado y alivio para pobres y enfermos de todo el país que con el paso de los años ha crecido en grandes proporciones.


Con voz fuerte y serena recordó que llegó a la ciudad colonial a finales de 1980 a solicitud del superior provincial, luego de haber servido como responsable de la casa de teólogos franciscanos de la zona 15 capitalina, para hacerse cargo de los peregrinos que llegaban a visitar la tumba del entonces Hermano Pedro y más tarde como sacristán mayor de San Francisco El Grande.
Meses después, fray Augusto Ramírez Monasterio, ultimado el 7 de noviembre de 1983, le encomendó el templo de El Calvario, al sur de la ciudad colonial, pues comenzarían a restaurarlo.
Un grupo de jóvenes vecinos del templo franciscano mejoraron los jardines y el pequeño convento donde vivió el Hermano Pedro, lo que se convertiría en un dispensario médico y una tienda de abastos para las personas de escasos recursos.
Aquellos jóvenes recibirían el nombre de Tenerife, mientras que las mujeres, Villaflor, lugares de las Islas Canarias, España, vinculados con la infancia del santo.
Gracias a la ayuda de Cáritas Arquidiocesanas se brindaban alimentos y medicamentos a 250 familias.

El entusiasmo de los jóvenes hizo posible la fundación de la Casa del Convaleciente, luego de la visita del papa Juan Pablo II, en marzo de 1983. “Comenzamos con nueve camas y la casa la sosteníamos con la venta de plantas ornamentales en el atrio de San Francisco. Eso era hermoso, movido por la fe”, dice Bonilla.
El número de pacientes crecía, por lo que el 8 de septiembre de 1984 se fundó el hogar de niños especiales, con 46 menores, y dos meses después, el hogar del anciano ciego, con 48, seguido del hogar de niños desnutridos.
Las cuatro casas contaban con una junta directiva y la colaboración de los jóvenes que ayudaban a recaudar alimentos en el mercado municipal.

Hospital de eclesiásticos

En 1985 la comuna antigüeña otorgó en usufructo por 50 años el antiguo Hospital de Eclesiásticos de San Pedro Apóstol donde hasta 1976 funcionó el hospital nacional.
Ese año comenzó la restauración del inmueble y en las áreas habitables, luego del terremoto de ese año, se trasladaron a los pacientes de las cuatro casas fundadas.

“No me explico cómo Dios se fue manifestando en cada persona que se unió a esta locura que iba en crecimiento”, afirma el religioso.
Para ese tiempo atendían a 500 pacientes y contaban con una sala de operaciones, de diagnóstico, consulta externa y una planilla de 175 empleados, mientras continuaban la restauración del hospital.
“La angustia era cuando había que pagar la luz, el agua, el teléfono y a los proveedores, pero Dios estaba con nosotros, nuestra fe es en el Dios que proveerá”, enfatiza.
Bonilla dejó la obra en enero de 1994 y la entregó a Fray José Contran, para fundar obras similares en El Salvador, Nicaragua y Costa Rica.
Desde hace un año y medio está a cargo de la enfermería provincial que atiende a frailes enfermos y ancianos en el Hogar Virgen del Socorro.
“Aquí vivo con los frailes que después de mí estuvieron a cargo de la obra y Dios ha querido reunirnos en este lugar del Volcán de Agua”, dijo.

Hogares

  • Virgen del Socorro, San Juan del Obispo, Antigua Guatemala: 250 residentes con discapacidad.
  • Centro de rehabilitación Renacer, Sumpango, Sacatepéquez, para tóxicodependientes.
  • Guardería Infantil, Antigua Guatemala, de 6 meses a 6 años, hijos de madres trabajadoras del mercado municipal.
  • Hogar San Juan Bautista, Jutiapa: 22 ancianos abandonados.
  • Casa de Fe, Antigua Guatemala, con capacidad para cien familiares de pacientes.

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