La quinceañera quetzalteca que necesita un riñón y no tiene cómo pagar el tratamiento

Rubén Álvarez, de 37 años, busca con desesperación un donante de riñón y reunir Q250 mil para pagar la operación que le daría una oportunidad de vida a su hija de 15 años que sueña con ser nefróloga.

El sueño de la quinceañera era estudiar aviación.
El sueño de la quinceañera era estudiar aviación.

Álvarez recuerda cuando, hace seis meses, su hija Jessica le dijo que se sentía mal. La llevó al médico y le informaron que tenía infección urinaria y anemia. Aunque él sabía que era algo grave, no imaginó que a la niña le podían quedar pocos años de vida.

Dos días después, Jessica tuvo una crisis y la tuvieron que trasladar al Hospital Regional de Occidente (HRO), en donde le indicaron que debía ser internada. Uno de los médicos le entregó una hoja y le pidió que la llevara al Departamento de Ingreso.

“Iba hablando por teléfono con un amigo cuando tomé la nota y leí falla renal crónica. En ese momento boté el celular, me recosté en una pared y empecé a llorar. No sé cuánto tiempo estuve llorando. Yo sabía que esto sería algo complicado”, relata.

Tratamiento

La adolescente fue remitida a la capital. “Al principio me sugirieron que la llevara a un centro privado, pero ella necesitaba tres hemodiálisis a la semana y cada una cuesta Q2 mil. No podría pagarlo”, prosigue Álvarez.

La especialista que lleva el control de la menor informó a la familia que le podrían quedar tres años de vida, por lo que la esperanza para Jessica es un trasplante de riñón.

“El promedio de espera para el trasplante de un órgano cadavérico es de seis años, entonces necesitamos conseguir un donante y Q250 mil para pagar la cirugía, después de la operación mi hija necesitará medicamentos para no tener complicaciones con el trasplante, lo que va a significar Q6 mil a Q8 mil mensuales”, comenta el padre de la paciente.

En casos como los de Jessica, los primeros candidatos para la donación de un riñón son los padres, pero la enfermedad es congénita. El abuelo paterno también está enfermo y el padre ya fue operado de riñón. El hermano mayor tampoco es candidato.

Una de las mayores angustias para Álvarez es el dinero, pues para saber si alguien es compatible con la adolescente se deben hacer varias pruebas y el protocolo tiene un costo de Q40 mil. Además, por ahora necesita Q1 mil 500 mensuales para los medicamentos.

“Los primeros dos meses pude costear los gastos médicos, pero ahora no he podido cubrir las necesidades de mi hija en su totalidad”, comenta.

Hace tres semanas Jessica tuvo que ser atendida en un hospital privado de Xela, lo que agotó los recursos económicos de su padre y se le hace difícil llevarla a la Unidad Nacional de Atención al Enfermo Renal Crónico (Unaerc), donde recibe diálisis peritoneal y hemodiálisis.

“El próximo martes necesitamos ir a la capital para su tratamiento. No tengo dinero para ir, pero aunque sea a pie me la llevo en la espalda, pero me tendré que ir”, indica Álvarez, quien se dedica a la producción audiovisual.

La vida de Jessica cambio súbitamente y ahora su asistencia a clases, en el Instituto Normal para Señoritas de Occidente (Inso), es irregular. Ha tenido que escuchar el tiempo que le queda de vida y todo lo relacionado a su enfermedad, así como aprender a cuidarse más.

Con el rostro y escondida detrás de su padre, Jessica intenta no llorar para decir que se siente mal y pedir apoyo porque quiere cumplir su sueño de ser nefróloga y ayudar a otras personas.

A pesar del difícil pronóstico de la joven, el padre está convencido de que conseguirá un donador y el dinero para la cirugía. “La mano divina del todo poderoso intervendrá en este asunto”, afirma con fe.

Quienes deseen apoyar a Jessica pueden depositar a la cuenta 3313019379, a nombre de Jessica Álvarez, en el Banco de Desarrollo Rural (Banrural), o comunicarse con Rubén Álvarez al 43947331.

Atención

El caso de Jessica se repite en el HRO, en donde cada semana refieren en promedio a tres pacientes a Unaerc.
Carmen Sajquim, comunicadora del hospital, indicó que en estos casos los pacientes necesitan otros tratamientos alternativos como la diálisis peritoneal o un trasplante.

“Actualmente en el HRO tenemos el área de hemodiálisis a cargo de medicina interna y una nefróloga que atiende los casos de falla renal crónica, vienen muchos pacientes del occidente y de Escuintla, es un padecimiento que está en aumento y es por eso que hay personas en espera para la hemodiálisis”, dijo Sajquim.

El HRO cuenta con seis máquinas para la hemodiálisis y dos más para la atención a pacientes internados en el hospital, en promedio hacen 400 tratamientos al mes.

La unidad de hemodiálisis de ese hospital atiende 12 pacientes al día.

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